Chiche y Graciela, en la arena electoral de Mar del Plata

(Mar del Plata. Enviada especial).- Estuvo a punto de suceder. Pero unos pocos metros de diferencia lograron, una vez más, que Hilda Chiche Duhalde y Graciela Fernández Meijide no pudieran verse cara a cara.Las dos habían elegido la ciudad de Mar del Plata para la jornada proselitista. Pero no hubo medición de fuerzas. Graciela se movió en la calle y Chiche hizo su incursión exclusivamente por los medios de comunicación.Eran cerca de las seis de la tarde, y una multitudinaria caravana depositó a Graciela Fernández Meijide en la Catedral marplatense. A la misma hora y apenas a trescientos metros, un auto con vidrios polarizados dejaba a Chiche Duhalde en el hotel de la Federación de Luz y Fuerza.La esposa del gobernador Eduardo Duhalde, había viajado hasta esta ciudad para presentar el libro Una invitación a pensar, del escritor y asesor de la gobernación bonaerense Jaime Barylko, junto al secretario de Prevención de las Adicciones, Juan Alberto Yaría.En cambio, para Fernández Meijide el viaje marplatense tenía como objetivo encabezar una caravana por la ciudad, junto con su compañero de lista, Federico Storani, y el intendente Elio Aprile.Pero en ambos casos, las visitas tuvieron como telón de fondo la remanida historia de la realización o no de un debate entre ambas. Las dos aseguraban haber sido invitadas a un mismo programa de televisión. Sus equipos de campaña pelearon hasta último momento por mostrar cuál de los dos se quedaba, finalmente, con el lugar.Voy a ir porque a mi nadie me dijo que no vaya, dijo Meijide en medio de la caravana. A mi me invitaron desde hace un mes, le retrucó Chiche Duhalde desde la conferencia de prensa.Fue el propio gobernador bonaerense quien terminó de inclinar la balanza a favor de su esposa. Un llamado telefónico al canal, y Chiche logró ser la única invitada. Sin debate y sin entrevista, Meijide partió a Buenos Aires, luego de que a las 17,35 le confirmaran que había quedado fuera de la entrevista.Entre las idas y vueltas por el debate, hasta las propias implicadas parecieron hartas. Yo culebrones no quiero. Así que hoy decidí que no hay debate, sostuvo Chiche sin ocultar su fastidio.Para Meijide, la jornada de ayer también fue un punto final. Esta claro que el propio gobernador no quiere que haya debate, le respondió.Tanta preocupación por una discusión televisiva se explica por lo que cada una de ellas pondrá en juego en la elección del 26. Ambas encabezan las listas de diputados en un distrito clave como es la provincia de Buenos Aires, con más de ocho millones de electores. Chiche Duhalde por el PJ, y Graciela Fernández Meijide por la Alianza UCR-Frepaso. Además, las dos juegan proyectos que van más allá de los comicios del domingo.De la cantidad de votos que obtenga la primera, dependerán las fuerzas con las que Eduardo Duhalde se plante dentro del PJ para disputar su candidatura a presidente en el 99. Aunque en público intente mostrar que su suerte electoral no afectará las chances de su esposo. Si la Alianza gana sólo podría afectar la obra pública que estamos haciendo en la provincia, señaló ayer tratando de minimizar un posible fracaso.Un triunfo en la provincia de Fernández Meijide, la colocará en la misma carrera que el gobernador bonaerense, como candidata del Frepaso.En ese camino, llegaron ayer a Mar del Plata.Para Meijide fue su cuarta visita, a un partido que desde 1995 gobierna el intendente radical Elio Aprile, con un alto porcentaje de imagen positiva. Para la señora de Duhalde, fue la presentación de un libro y la entrevista en el conflictivo programa de TV.En la calleEn ese estado de las cosas, a la senadora del Frepaso le importó poco haber quedado fuera de la pantalla. Una caravana de más de seis cuadras de autos le hizo olvidar el enojo.Jugando de local y con una tormenta que amenazó con dejar la visita a mitad de camino, disfrutó cada una de las personas que se le acercaron a saludarla.Y también festejó cuando un militante le acercó un cassette con una nueva canción de la Alianza. En ritmo folklórico con compás de chamamé, una de las estrofas decía: la Alianza con justicia y con menos manzaneras.El clima provocó un retraso de más de 45 minutos en la llegada de la comitiva aliancista. La caravana comenzó tímida desde el aeropuerto de Mar del Plata, con una llovizna incensante.Con todo, la convocatoria de la Alianza fue creciendo a medida que la lluvia cesaba y que la gente lograba adivinar que dentro de las camionetas viajaban los candidatos de la coalición.Duhalde pudo arreglar el debate pero no a San Pedro, fue una de las frases favoritas de la comitiva, cuando las gotas dejaron de caer.Después de haber recorrido las avenidas Constitución, Independencia y Colón, la caravana detuvo su marcha en pleno centro marplatense. Allí, fueron desplazados dos militantes que repartían pelotas de la Alianza desde una camioneta abierta. Su lugar fue ocupado por Fernández Meijide, Storani y Aprile.Así, en un clima de euforia llegaron frente a la Catedral. Eran las seis de la tarde, y a tres cuadras, Chiche Duhalde hacía su arribo.