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      Duhalde: Si gana la Alianza habrá desestabilización social

      La predicción se escuchó en medio de una importante demostración de fuerza del PJ bonaerense El gobernador volvió a vincular a la oposición con la violencia La recorrida se hizo por barriadas pobres

      Redacción Clarín
      19/10/1997 00:00

      A tiro de las elecciones, Eduardo Duhalde realizó ayer una demostración de fuerza con una multitudinaria caravana que recorrió las zonas más humildes de La Matanza, un tradicional bastión del peronismo. Entre saludo y saludo, ubicado detrás de su mujer, la candidata a diputada Hilda Chiche Duhalde, el gobernador volvió a utilizar la llamada estrategia del miedo para atacar a la Alianza: habló de desestabilización social y económica en caso de que la coalición opositora triunfe.Corremos ese riesgo, puede venir para la Argentina un proceso de desestabilización social que ya pasó hace cuatro meses, expresó. Duhalde se refería a los cortes de ruta con los que insiste en vincular a la Alianza. Se constituyó la Alianza y desaparecieron todos aquellos hechos de violencia, reiteró ayer.Junto con los ataques a la oposición ayer, por primera vez, el gobernador admitió la posibilidad de una derrota en la provincia. Lo hizo al afirmar que mantendrá su candidatura presidencial para el 99 aunque pierda el domingo. Aunque enseguida aclaró que lo de la eventual caída era una hipótesis en tono de broma.La caravana arrancó al mediodía en el barrio El Mojón en González Catán y cerró pasadas las 17 en Ciudad Evita. El duhaldemóvil realizó un recorrido más extenso que lo habitual -casi 40 kilómetros- por barriadas pobres de Laferrere, Rafael Castillo e Isidro Casanova.En todo el trayecto se notó la generosa movilización del aparato partidario. Hasta en las viviendas más humildes la gente había recibido las banderas rojiverdes de Chiche-Pierri y las azules, más chicas, que dicen únicamente Chiche. En varias bocacalles se veían colectivos fuera de línea, utilizados para trasladar a los militantes. Pero, al mismo tiempo, también hubo una buena cantidad de presencia espontánea: la gente se paraba en los techos o se asomaba a la puerta de sus casas para saludar el paso de los vehículos.La Matanza es el territorio político de Alberto Pierri. Al lado de Chiche, exultante, el titular de la Cámara de Diputados calculaba que había saludado a 300 mil personas. Desde el 89 que no hay tanta gente en un acto, aseguraba.Pierri se esperanzaba con que la cosecha del peronismo en La Matanza asegurará el triunfo en la provincia.Es que el distrito cuenta con más de 700 mil votantes, el diez por ciento del total de la provincia. Pero en el propio duhaldismo reconocen que la tendencia de voto no es uniforme. Duhalde eligió recorrer las zonas del segundo cordón donde las encuestas lo muestran cómodamente arriba. En cambio, los barrios con preponderancia de clase media como Ramos Mejía, prevalecería la Alianza.Ayer, el gobernador se preocupó en mostrarse como un baquiano de la zona. Ellos (por los candidatos de la Alianza) vienen a conocer, nosotros circulamos por calles que, en un 80 por ciento, hemos construido, ironizó.La caravana tuvo un fondo musical constante en el que alternaban temas de Gilda y de los Auténticos Decadentes. Además, sonó, machacona, una tarantela duhaldista, que dice el que quiere ver que vea lo que todo el mundo vio/nadie hizo por la gente lo que Duhalde realizó.El trayecto fue intrincado, de manera que la caravana fuera tocando las zonas más postergadas, incluso alguna de emergencia. La cantidad de gente se mantuvo constante, con picos en los barrios de Laferrere y San Carlos, en Casanova.Chiche recibió flores y cientos de cartas que le acercaban. En algunos casos, le señalaban a los candidatos una calle de tierra para que la asfaltaran o un desagüe para que lo entubaran.Según el barrio, las camisetas de Deportivo Laferrere y las de Almirante Brown competían con las de Boca. Los militantes, en cambio, tenían buzos y remeras con la inscripción Chiche, con un corazón en lugar del puntito de la i.Para el cierre, una multitud esperaba a los candidatos en Ciudad Evita. Hubo gauchos a caballo, petardería y hasta un globo aerostático con la publicidad de Chiche-Pierri. Sin embargo, Duhalde no se movió de lo convenido y no hubo discurso. Dios los bendiga, fue lo único que dijo cuando le pasaron el micrófono.


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