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      PJ y Alianza: cuatro días para quebrar el empate

      Ambos intentan conquistar el voto de los indecisos Duhalde con cartas y publicidad de radio y TV para la clase media Graciela alertando sobre corrupción y falta de seguridad en la provincia

      Redacción Clarín

      Lo sorprendente es que no sucedía desde 1983. A menos de una semana, nadie se atreve a arriesgar un pronóstico sobre el resultado de la elección legislativa en la provincia de Buenos Aires, donde compiten cuerpo a cuerpo Beatriz Chiche Duhalde y Graciela Fernández Meijide. Por eso, los esfuerzos del justicialismo y la Alianza estarán dirigidos a obtener alguna ventaja decisiva entre los seis millones de votantes que integran el padrón electoral bonaerense.Las encuestas previas son claras en cuanto a la indefinición del resultado. Ayer, Clarín publicó un sondeo de CEOP, que le otorga 0,9% de ventaja a Chiche sobre Graciela y, en La Nación, Graciela Rohmer ubicó -sin proyectar el voto- a la candidata de la Alianza un 1,7% arriba de su rival. Aún más estrecho es el margen que el Centro de Estudios para la Nueva Mayoría le da a la postulante del PJ: apenas 0,5%. Y un sondeo de Ricardo Rouvier despegó a Chiche de su competidora por el 4,1 por ciento de la tendencia.Una de las consultoras más importantes del país, incluso, admitió ante Clarín que en su sondeo registraba una ventaja de seis puntos para la candidata de la Alianza, pero ante la amplitud del guarismo prefirió no hacerlo público.Todas estas encuestadoras registran un alto nivel de indecisión (entre el 7 y el 16%), lo que sumado al nivel de error habitual para este tipo de muestras inhibe a cualquiera de sus analistas a inclinarse por un resultado determinado. Dicho panorama obligó a los equipos de campaña del PJ y la Alianza en la provincia a concentrar la tarea proselitista de los cuatro días que restan hasta el cierre de campaña en aquellos votantes que todavía no definieron su voto.El gobernador Eduardo Duhalde, jefe y protagonista excluyente de la campaña de su esposa, tomó tres decisiones estratégicas en los últimos días:Chiche no participará de un debate televisado final con su contrincante.El cierre de campaña no será multitudinario, ni servirá de contexto al lanzamiento de su candidatura presidencial, como se había pensado en un principio.La publicidad de campaña de estos días será muy profusa y estará dirigida a los sectores medios y urbanos, donde las encuestas ubican al PJ claramente por debajo de la oposición.El sueño de Duhalde y sus colaboradores era un acto que pensaban realizar el miércoles 22 con la cancha de Banfield, su equipo favorito, llena de simpatizantes justicialistas, que avalarían con su presencia masiva la virtual consagración de la candidatura presidencial del gobernador.Pero el miércoles Banfield disputará un partido en su estadio y la cancha del club Temperley, también cercana al distrito del gobernador -Lomas de Zamora-, no cumple con las condiciones de seguridad requeridas por el duhaldismo, temeroso de que algún incidente pueda empañar el final de la campaña electoral.Por eso, el cierre del justicialismo bonaerense será el jueves en La Plata, en un acto televisado del que participarán los dirigentes pero no los militantes. Esa misma mañana, el gobernador compartirá un asado con los pobladores de Navarro, el pueblo donde cerró su campaña victoriosa como candidato a gobernador en 1991.Los canales de cable y las radios bonaerenses estarán desde hoy saturados con publicidad de Duhalde y sus candidatos. Los mensajes serán personalizados para cada distrito y a ello se sumará un mailing de un millón de cartas, enviadas a los dos sectores sociales que el duhaldismo considera más críticos.Por un lado, a los profesionales, comerciantes, pequeños empresarios, que parecen inclinar la balanza hacia la Alianza en los centros urbanos. Y por el otro, a las clases trabajadoras del conurbano, sindicalizada e históricamente peronista, pero que hoy se muestra crítica con la gestión del justicialismo.Por allí busca Duhalde congelar el fenómeno que los encuestadores llaman la fractura social del voto. Esto es, evitar que la Alianza vulnere la división que asigna a la coalición opositora el voto de clase media y media-alta, y al justicialismo el voto de clase baja y media-baja. Obviamente, el equipo de Fernández Meijide intenta extender hacia el votante peronista tradicional el efecto que llaman la ola.Así lo analizaban anoche en la casa de la propia Graciela, donde acordaron que la candidata refuerce su discurso sobre los temas de corrupción, seguridad y educación, a los que consideran flancos débiles de la gestión duhaldista.Durante el fin se semana, Fernández Meijide terminó de grabar dos spots televisivos: uno especial por el Día de la Madre, y otro en el que se insta a apoyar a la Alianza el 26 de octubre y aún después de la elección, en un mensaje que busca reforzar la idea de continuidad de la coalición. A ello se sumará una publicidad de Fernando de la Rúa, resaltando su gestión como jefe de gobierno municipal.Graciela seguirá de campaña mañana en los distritos de Berisso y Ensenada. El cierre será el miércoles con una caravana que tendrá una primera etapa a bordo del ferrocarril que une el partido bonaerense de Moreno con el barrio porteño de Liniers, junto con Chacho Alvarez y Rodolfo Terragno, para, después llegar todos juntos en automóvil hasta Liniers.El otro tema que la Alianza prepara a todo vapor es la fiscalización de los comicios bonaerenses, que los preocupa por su magnitud y su trascendencia en un resultado que se prevé tan ajustado. Un equipo integrado por dirigentes del Frepaso y de la UCR provincial -algo más experimentados en esas lides- planea un amplio operativo a desarrollar el domingo 26.


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