La línea política de la familia

El tabique que el matrimonio Duhalde había construido entre vida familiar y vida política se resquebrajó necesariamente desde que Chiche asumió la candidatura a diputada.En verdad, ella nunca estuvo demasiado lejos de la vocación de su marido. Pero hizo lo suyo desde la gestión social, reacia a la vida partidaria en su variante de componendas y de sordas peleas por los espacios de poder. Pero cuando fue visualizada por su marido como la mejor solución para pelear estas elecciones, ella ingresó a la campaña sin dismimular que se tapaba un poco la nariz. Más aún: repartió esa resistencia a la política orgánica como un argumento de seducción.Familieros confesos, la pareja buscó preservar ese espacio junto a sus cinco hijos. Los Duhalde viven la familia con un criterio vasto, por eso la amplían a las ramas paternas de ambos, al estilo de un clan capitaneado por el gobernador.También se inclinan a buscar espacios propios de la pareja. Gustan de las escapadas, por ejemplo a Corrientes, y si están en el extranjero suelen alquilar un auto y recorrer rutas juntos, por parajes donde nadie los identifica.También les gusta más la quinta de San Vicente que el departamento de Lomas. Pero la campaña les ha reducido los espacios y también se han soportado en el duhaldemóvil, repasando a todo trapo el próximo discurso.