Boca siempre descubre cómo amargarlo a River

Parecía la noche de River. Sus suplentes se veían más enteros que los de Boca y trataron de demostrarlo en la cancha. Pero hay un estigma con el que River indefectiblemente choca. Siempre choca. Y cuando Boca saca los papeles que certifican su paternidad, cualquier intento de rebeldía contra la historia se diluye. Por eso, y porque supo pegar justo, Boca sigue festejando ante su rival de siempre. Como desde hace tres años.Qué amistoso ni qué amistoso. Los superclásicos siempre son especiales. Y se juegan a todo ritmo. No importa que sean partidos de prueba. Tienen calor, tienen fuego. Con titulares o con suplentes, se juegan a todo o nada. River salió mejor parado. Tratando de no repetir los groseros errores que se cometieron en el encuentro con San Lorenzo, Ramón Díaz sacó al pibe Damián Alvarez y armó un medio más combativo, con más recuperación colocando juntos a Escudero, Netto, el Negro Gómez y Berti. Y el mediocampo se transformó en un sector en el que River achicaba las líneas y apretaba en la salida. ésto le dolía a Boca, porque a Riquelme le costaba recibir sin espacios y el resto de sus compañeros lo acompañaba poco. Pereda peleaba pero estaba impreciso, Navas aparecía muy poco y el mellizo Gustavo estaba bastante metido en el duelo con Berti. Entonces se le hacía difícil recibir con tranquilidad a Barijho y a Christian Giménez.El mayor peligro River lo generaba por la izquierda. Y Valdéz y Traverso lo pasaban bastante mal. Por allí subía Placente y desequilibraba Berti. La primera jugada en profundidad llegó justamente de una triangulación Berti-Placente-Berti. Pero la mayor cuota de desequilibrio en River la imponía el pibe Saviola, con atrevimiento y coraje. Y usufructuando que Ramón Díaz le dio la posibilidad de ser titular, el pibe anduvo inspirado y fue el único que desequilibró cerca del área.Es verdad que River pudo pegar primero porque en el gol anulado a Saviola habilitaba Arruabarrena. Y el Vasco también habilitó en otra jugada que llegó Berti y en el gol del mejor jugador de River: Saviola. Pero ese sirvió para descontar. Porque Riquelme ya había empezado a cambiar la historia. Y con su precisión modificó el desarrollo. A los 27, Riquelme se fue por la derecha, pasó entre dos y cuando parecía que definía Barijho, el Tony abrió las piernas y se la dejó para Gustavo definiera de cara al arco. Golazo.Aunque River volvió a equilibrar. Y a los 39 del primer tiempo la pelota pasó por Berti, el Negro Gómez, Escudero y con un muy pase habilitó a Saviola, que definió con mucha tranquilidad. Ya era muy alentador que dos pibes como Riquelme -aunque con bastante experiencia- y Saviola -más nuevito en esto de compromisos importantes- fueran los mejores jugadores del partido. Y lo siguieron siendo hasta que terminó. Porque cada uno con su estilo se esforzaron para pedirlas todas. Y cuando sus compañeros no acertaban con los pases, eran ellos los que retrocedían y la iban a buscar.En el complemento volvió a arrancar mejor River. Y el panorama para Boca se oscurecía cada vez más. Primero se fue bien expulsado el mellizo Barros Schelotto por agarrar de la camiseta a Berti cuando estaba amonestado. La defensa seguía sin hacer pie y River apretaba. Para colmo, en la noche comenzó a hacerse fuerte el infundado rumor de que River quería ganar también fuera de la cancha. Mientras la hinchada de Boca tenía una bandera que decía Cani, te esperamos, algunos manejaban la información de que hoy River iría en busca de Caniggia. Nada menos. Pero allegados al jugador desmintieron terminantemente cualquier reunión. Y justo cuando se venía la noche, apareció Basualdo, como un lamparazo, para poner el 2 a 1 e iluminar sonrisas en los de Boca. Otra vez. Como desde hace tiempo. Mucho tiempo.