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      Tengo miedo porque mi hijo vio todo

      Redacción Clarín

      Encorvado sobre el mostrador de su panadería, el padre del único ladrón que sobrevivió a la tragedia de Villa Ramallo se disculpa: asegura que no tiene mucho para contar. Pero tanto se extiende en las evasivas, que al final se le llenan los ojos de lágrimas y dice: Me da miedo pensar que mi hijo vio todo lo que pasó adentro del banco en esas veinte horas.Carlos Martínez tiene unos 45 años y es santafesino, pero vive en San Nicolás desde antes de que naciera Carlos Sebastián. La familia es conocida en el barrio Santa Clara porque es la dueña de Maricel, la pequeña panadería que está al final de una calle de tierra. Y porque todos se compadecen de la lucha que el Negro, un vecino querido en el lugar, tiene con ese hijo.Sebastián -como lo conocen todos- acaba de ser operado, tras de recibir una bala en un brazo durante la huida que terminó con los dos rehenes muertos. Ahora está preso en el penal local. Su padre contó que, en la misma operación, al chico le sacaron unas balas que tenía en cuerpo desde el 5 de noviembre del 97.Su versión sobre ese día es que el chico estaba tomando una gaseosa cuando al guien lo llamó y, sin decirle nada, le disparó. Eso fue por un tema de polleras. Pero, claro, ahora quieren hacerle creer a todo el mundo que era un delincuente terrible, afirma.El hombre, que se enteró por la televisión de que su hijo participó del asalto al Banco Nación, agrega que tampoco confía en el juez Villafuerte Ruzo. Lo conoce de haberlo ido a ver cuando al chico le abrieron una causa por tenencia de drogas. Yo digo eso. La Justicia sabe bien quién es mi hijo. El no violó ni mató a nadie. Yo no digo que sea un santo, pero sus robos son de cosas como pasacasetes, no más.Lo que una fuente judicial le dijo a Clarín es que Carlos Sebastián Martínez tiene antecedentes por drogas, amenazas, tenencia de armas y robos. Y un policía aseguró que lo recordaba como el pibe que se mordía los labios para escupirles la sangre en la cara a los que lo detenían.Su padre admite que Sebastián tiene carácter difícil. También duda sobre cómo lo convencieron de cometer el robo. Tiene 20 años y era el más chico de los que se metieron en el banco. No sea cosa que, porque salió vivo, lo terminen marcando como el cabecilla de la banda.


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