Un festejo de los chicos que fueron trasplantados

Con un vestido rojo largo hasta los tobillos, Micaela trataba de embocar una pelota en la boca de un león pintado sobre un cartón inmenso. Vamos para allá, le dijo a su mamá, después de tres intentos fallidos, señalando a un grupo de malabaristas. Micaela tiene cinco años y hace un año recibió un trasplante que la salvó de una hepatitis fulminante. Ayer participó, junto con casi 200 chicos, del Tercer Festival Nacional organizado por la Fundación Argentina de Hepatología (FADHE).Desde las 14, el miniestadio de Vélez Sarsfield se llenó de chicos de todas las edades, que se acercaron con sus padres, hermanos, tíos y abuelos. Durante toda la tarde jugaron, dibujaron, corrieron y vieron espectáculos de música y magia. Todos llevaron algún alimento no perecedero, que será donado por FADHE a Cáritas.Desde su silla de ruedas, Natalia (9) mostraba, contenta, una bolsa de caramelos que ganó después de apagar tres velas con ayuda de una pistola de agua. Esta nena nació con una enfermedad muy grave en los riñones y desde entonces necesita un tratamiento permanente, explicó su mamá, Graciela Giordano.Pero ayer por la tarde olvidó por un rato el tratamiento y no dejó de divertirse. Participó de casi todos los juegos de la kermés y se instaló muy cerca del escenario donde se presentaron humoristas que contaron chistes, cantaron y bailaron.Antes de que empezara el show, los chicos -algunos trasplantados, otros a la espera de un órgano- jugaron, tomaron helados y se sacaron fotos con los payasos. En un rincón, los más chiquitos se sentaron en el suelo y jugaron con autitos, muñecos y plastilina. Sentada en una silla de plástico, frente a una mesa bajita, Belén dibujaba un árbol con crayones y comía caramelos masticables. Hoy está un poco molesta porque tuvieron que sacarle sangre, explicó su mamá, Miriam Corvalán.Es que Belén, de siete años, recibió un trasplante hepático cuando tenía un año, por un trastorno genético. Durante años estuvo muy bien. Hace una vida totalmente normal, va a la escuela. Pero justo ahora está con un rechazo, por eso no está en su mejor momento, contó la mamá. De todos modos, la nena aprovechó la tarde para hacer lo que más le gusta: dibujar.El objetivo del festival es mostrar el éxito de los trasplantes. Cuando uno dona un órgano le hace un regalo a otro. Pero también es un regalo verlos bien, jugando, recuperados, explicó el médico Daniel DAgostino, presidente de FADHE, y jefe del equipo de Nefrología del Hospital Italiano. Y señaló a una mujer que aplaudía con ganas al mago que sacaba palomas de una galera: Esa señora le donó el hígado a su hija de un año, hace 20 días. La nena, con un barbijo, también aplaudía.Mientras una odalisca bailaba sobre el escenario, Gustavo Rojas, de 18 años, se acercó a la presidenta del Incucai, María del Carmen Bacqué, para preguntar cómo podía hacer para donar sus órganos. Este es nuestro propósito, dijo Bacqué a Clarín: Que la gente tome conciencia de la importancia de donar.