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      Duhalde imagina un equipo que aliente la producción

      Si triunfa el candidato del PJ, las designaciones podrían estar en línea con su actual acercamiento a Menem

      Redacción Clarín
      19/09/1999 00:00

      Por estos días sus necesidades más inmediatas -la estrategia para descontar las ventajas que le lleva Fernando de la Rúa- hicieron descender en algunos peldaños el armado de la estructura eventual de gobierno en las preocupaciones cotidianas de Eduardo Duhalde.Lo que no quiere decir que no tenga ya preconfigurado un cierto organigrama de lo que debería ser el núcleo de su aparato de gestión si llega a la presidencia, al que imagina con un fuerte sesgo productivista -según el neologismo que gusta utilizar- y reducido en su tamaño. Sesgo y organigrama que, en muchos casos, tienen además los nombres tentativos capaces de encarnarlos.No resulta fácil, en todo caso, discernir cómo evolucionó la preconfiguración del gabinete de Duhalde al compás de los saltos experimentados por su campaña. Sobre todo si se tiene en cuenta que esos saltos no respondieron apenas a cambios metodológicos, sino a modificaciones en el discurso político y en las alianzas internas, y en las fuentes de financiamiento, con inevitables consecuencias en términos de compromisos para el futuro.La clave simbólica de esos cambios reside en la relación con imagen de armonía entre Duhalde y Carlos Menem, altamente conflictiva durante las primeras etapas de la campaña.Tras esa clave simbólica deben computarse rupturas en la lógica interna del mensaje de campaña. Como las que separan los ejes del modelo agotado, la revisión crítica del proceso de endeudamiento externo o el perfil de distribución de la riqueza del más vago planteo actual del cambio seguro, con el correlato de una propuesta de concertación que intenta expresar a un sector de establishment local.En el diseño de un posible gabinete, las primeras etapas tenían como paradigma explícito el de los gobernadores exitosos, anticipado incluso como ámbito de expresión del peso de sus aliados iniciales, de perfil antimenemista y antimodelo, Néstor Kirchner y Jorge Busti.Una victoria cierra todas las heridas, sostienen en el entorno de Duhalde, para asegurar que, si llegara a la presidencia, el gobernador bonaerense no tendría problemas para incorporar al gabinete incluso a algunas de las figuras en las que pensó en las primeras etapas de campaña. El aserto parece dirigido especialmente a Busti, hoy alejado del círculo áulico del candidato.usti había sido uno de los primeros ministeriables de Duhalde. En alguna etapa se lo consideró candidato al Ministerio de Trabajo por sus contactos con el sindicalismo, sobre todo con sus versiones más opositoras al menemismo, como el MTA y la CTA.Aunque después su destino más firme fue el Ministerio del Interior, la cartera que debe contener las relaciones entre el gobierno nacional y los provinciales, y encaminar las relaciones políticas.Los saltos en la campaña de Duhalde pueden haber reforzado en cambio la candidatura de Jorge Remes Lenicov a la titularidad del Ministerio de Economía que, en rigor, quedaría reducido a un Ministerio de Hacienda. Como hizo en la provincia de Buenos Aires, Duhalde piensa crear el Ministerio de la Producción.Aunque Duhalde nunca se desdijo de la predesignación de Remes, en la etapa del planteo sobre la deuda externa había quedado cuestionada en los hechos porque el por ahora diputado tomó distancia pública de la posición del candidato.Para el Ministerio de la Producción se habla de Ricardo Gutiérrez, ex brazo derecho de Domingo Cavallo. La posibilidad crece si cuaja, como acuerdo definitivo para una alianza de Duhalde con Cavallo, la reserva de la Jefatura de Gabinete al hoy candidato de Acción por la República.El área económica del gabinete -en la división casi concéntrica que prevé la reforma administrativa del Estado que encargó Duhalde a José Octavio Bordón- se completaría con una Cancillería convertida en una suerte de ministerio de promoción de negocios con el exterior. Los candidatos a la cartera responden a ese perfil: se habla de Mauricio Macri o del banquero y diplomático Emilio Cárdenas.Para Bordón estaría reservada el área de Educación. Para Justicia, aunque su nombre está ligado a etapas anteriores de la estrategia duhaldista, sobre todo tras el conflicto con Carlos Ruckauf, que lo dejó fuera del Ministerio de Seguridad bonaerese, se sigue mentando a León Arslanián.El área social sería el bastión del vicepresidente Ramón Ortega, y también tendría un ministerio específico, con la elevación del rango de la actual Secretaría de Desarrollo Social. Horacio Rodríguez Larreta, orteguista, es hoy quien más suena para ese destino si hay suerte el 24 de octubre o en la segunda vuelta, con la que hoy sueñan los duhaldistas.Para Defensa, el candidato ideal de Duhalde es el actual jefe del Ejército, Martín Balza, y el alternativo, Vicente Massot. Es una opción curiosa.alza es el autor de la autocrítica por la metodología represiva de la dictadura militar. Massot debió renunciar en diciembre de 1993 como secretario de Asuntos Militares del entonces ministro, Oscar Camilión, al hacerse responsable de la propuesta de ascenso a capitanes de navío de dos símbolos del centro clandestino de detención de la ESMA, Antonio Pernías y Juan Carlos Rolón.


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