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      Dicen que los bebés también pueden tener síntomas de estrés

      Los expertos aseguran que desde la lactancia los chicos sienten las tensiones familiares. Y manifiestan sus miedos y angustias a través de síntomas corporales. Dicen que es fundamental la consulta médica

      Redacción Clarín

      La búsqueda del éxito en lo académico, lo profesional, lo artístico y lo social ya no es sólo una preocupación de adultos. Desde que entran a la escuela primaria -y a veces antes- los chicos también sienten la presión de tener que cumplir con más y más obligaciones. Muchos padres esperan de sus hijos más de lo que pueden dar. Y esa sobreexigencia se manifiesta en una amplia gama de síntomas que pueden definirse como estrés.Este fue uno de los temas debatidos la semana pasada en el Primer Simposio Argentino sobre Estrés, que organizó la Asociación Argentina para el Estudio y la Prevención del Estrés. En la Argentina no existen cifras concretas, pero los especialistas manejamos una estadística casera: notamos que cada vez son más los chicos que llegan a nuestros consultorios con manifestaciones de estrés, cuenta la psicóloga Silvia Morici, del Comité de Psicopatología del Niño y la Familia de la Sociedad Argentina de Pediatría.Desde la lactancia, señala el pediatra Alberto J. Chattás, del Consultorio de Niño Sano del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, los chicos perciben las tensiones por las que atraviesan sus familias, como los problemas laborales de los padres o los conflictos de pareja. Y expresan ese malestar a través del cuerpo. En nuestra sociedad el estrés aparece cuando hay situaciones de miedo o de angustia, y los chicos no escapan a este tipo de experiencias, dice.Casi siempre, antes de llegar al consultorio de un psicólogo, los padres llevan a los chicos al pediatra. Es que, aunque este trastorno está asociado a cuestiones emocionales, es el cuerpo el que suele dar el primer grito. Algunos chicos se quejan por dolores de cabeza o de estómago, problemas respiratorios, o están decaídos y silenciosos.Cuando el pediatra comprueba que el chico no presenta causas orgánicas, sugiere a la familia que consulte a un psicólogo, porque es evidente que se trata de la expresión de un conflicto, explica Morici. Y agrega que otros signos de estrés en los chicos pueden ser: depresión, disminución de la autoestima, inseguridad, aumento de la ansiedad, aislamiento y mal humor.Morici sostiene que el estrés de los chicos está siempre asociado al de los padres, consecuencia de las exigencias de la vida moderna y de conflictos personales y familiares.La competencia en el ámbito de los estudios y el trabajo hizo surgir, en la última década, una cantidad de nuevas ocupaciones para los chicos, que fuera del horario del colegio van a cursos de idiomas, computación, deportes, actividades artísticas y talleres de especialización.Esto ocurre cuando los padres llevan una vida muy veloz y, sin darse cuenta, se les hace muy difícil aceptar que la crianza de los hijos lleva tiempo y una fuerte dedicación -explica Morici-. A veces no se dan cuenta de que el desarrollo emocional de un chico es lento, y les exigen que crezcan rápido y sean adultos antes de tiempo.La psicóloga explica que el tiempo de juego de los chicos es muy necesario y no puede reemplazarse por trabajo: El juego es un modo de expresión privilegiado en el niño, porque le permite elaborar situaciones conflictivas. Esto es muy claro, por ejemplo, en las dramatizaciones que hacen con muñecos.Chattás coincide en que en la actualidad existe un desfase entre las posibilidades del individuo y lo que la sociedad le pide. Y el organismo reacciona ante esta demanda excesiva a través de una serie de síntomas.Chattás agrega que el estrés en los chicos no sólo tiene que ver con sus propias actividades, pues pueden sentirlo desde los primeros meses de vida. Uno de los factores principales del estrés son las situaciones de tensión familiar, asegura.Los chicos estresados, completa el médico, pueden enfermarse con más frecuencia, o presentar trastornos del sueño o del apetito, debido a una presión emocional intensa.Los especialistas coinciden en que lo más importante es que los padres puedan comprender sus conflictos y tratar de resolverlos, para poder darles a sus hijos la contención que necesitan. Es fundamental que los chicos sean tratados como tales, que estén cuidados, tanto en lo físico como en lo emocional, explica el pediatra. Y tranquiliza: Si se disminuyen los factores estresantes, los chicos se recuperan enseguida.


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