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    • Jueves, 28 de marzo de 2024
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      River mató en el área de Colón y llegó a lo más alto

      Con astucia y contundencia, el equipo de Américo Gallego aplastó con goles a Colón en Santa Fe. Cardetti convirtió dos al comienzo; Juan Pablo Angel y Damián Alvarez liquidaron el pleito al final.

      Redacción Clarín
      28/02/2000 00:00

      Como el brillo es casi una utopía en este fútbol de hoy, debe ser supervalorado este River por el triunfo que atrapó en el Cementerio de los Elefantes después de veinte años. Es que completó el crucigrama de los noventa minutos en forma admirable. Sin contar desde el arranque con la fantasía que lo suele distinguir: sin el Pibito Saviola -estuvo en el banco- y sin el Payaso Aimar, quien también fue suplente, aunque jugó los últimos 35 minutos. Con media formación distinta a la que igualó con el Atlas en la excursión por tierra mexicana. En una cancha más que pesada y en varios lugares intransitable. Igual, a pesar de sus pesares, River supo cómo poner de rodillas a Colón, uno de los punteros hasta ayer, jugando al límite de la perfección en los momentos cruciales.No fue floreo. Que quede claro. No hubo caños ni toqueteo. Hay que ser justos: en un lapso prolongado del segundo tiempo, la sensación era que Colón podía empatar aunque no generara gran peligro. Pero está dicho: River apareció cuando debía. Sacó ventaja rápido, primero; reaccionó apenas le empataron y se puso 2 a 1, enseguida; mantuvo la diferencia sin sufrir demasiado, más tarde; y la estiró para terminar estacionado en la comodidad, al final. Todo redondito.En el show cargado de vértigo y de goles del principio, de la media hora inicial, River se sostuvo en sus individualidades. Cardetti, como si no estuviera la sombra de Saviola en el banco, fue explosivo: dos goles en los primeros trece minutos, más precisión cuando le llegaba la redonda. Gancedo se hizo decisivo por la izquierda, aprovechando las debilidades de Ricchetti y de Toresani por ese sector. Angel, profundo como siempre, se asoció en el toque, también como siempre.Colón quiso ir al frente con fuerza, con ganas, pero sólo con un argumento futbolístico válido: Enría, quien hacía notar que a Berizzo aún le falta para asentarse como 3. Encima, el estado del campo favorecía al rubio de Colón y complicaba más al Toto. Ahí River, aunque no le alcanzó para dar imagen de firmeza, supo arreglárselas. Gallego mandó a Yepes sobre Enría, y el colombiano lo controló. Un problema resuelto. Berizzo pasó de 6 y a veces hasta acompañó a Pereyra, como doble 5. Y el Toto se acomodó. Otro inconveniente solucionado. Ese intercambio posicional se repitió en varias ocasiones. Forzada versatilidad táctica, pero positiva.Antes del empate del uruguayo Delgado -precioso tiro libre-, hubo una falta de Berizzo a Enría en el área, un penal que ignoró el árbitro Brazenas (debió amonestar más) pero que los jugadores de Colón no recordaron tras el 1-4. Es que no tenían de qué quejarse. Si Colón vivió en el desconcierto. Sin un enganche (dos volantes por el medio y dos por afuera), apostó al pelotazo. Y así le fue...River apeló al orden y a la inteligencia para la porción final. Como comenzaba a sentir el cansancio y entró Biaggio como tercer atacante (junto a Enría y Fuertes), se paró en la puerta de su área a esperar los pelotazos. ¿Para qué iba a regalar espacios? Mejor que Colón insistiera y se los obsequiara a Angel, Cardetti y Cía. Entonces, con Trotta impecable y con Yepes sólido, River soportó con bastante tranquilidad. Y cuando fue asustado, Bonano respondió: edificó una doble tapada fenomenal ante Valencia (el chileno debutó; Piazza demoró su ingreso) y Fuertes.Del medio para arriba, para esa parte del plan, la consigna era esperar y salir de contraataque, pero con la pelota asegurada. Por eso, Aimar reemplazó a Cardetti. El Payaso y Damián Alvarez la manejaban. Colón se desgastaba con los envíos aéreos. River, paciente, aguardaba la oportunidad. Tuvo dos en los cinco minutos de cierre y concretó a través de Angel, de cabeza, y de Alvarez, tras asistencia de Gancedo. El 9 colombiano y el Pipa ya habían participado en los dos gritos del Chapulín... River se abrazaba a un exagerado 4 a 1. Pero también a una producción para supervalorar. Por las circunstancias y por lo que hoy es este juego de la pelota.


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