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      River atacó siempre y hubo fiesta

      Aimar, en dos oportunidades, y Angel convirtieron. Acuña hizo el de los chilenos. Aimar fue la figura. River y Atlas son punteros en el grupo 4.

      Redacción Clarín

      La cáscara puede haber cambiado, es cierto. Pero lo de adentro, no: River sigue teniendo el mismo contenido. Por más que el técnico ahora sea Gallego. Por más que a veces se pare diferente posicionalmente. Por más que jueguen Fulanos o Menganos que antes no jugaban, River sigue siendo River. Y exhibe en la solapa la marca del buen fútbol. Ese que sirve para ganar y ese que también gusta.Anoche River atacó siempre, ganó bien y convenció. Fue, podría decirse, la primera gran producción futbolística de la era Gallego. Porque si bien venía correctamente en los resultados y en Santa Fe había sido un equipo híper efectivo, ayer apareció el fútbol del bueno. La Universidad de Chile, pese a mostrar ciertas limitaciones, fue medida. Porque también intentó jugar y porque venía de golear 4 a 0 al Atlético Nacional de Medellín. El 3 a 1 que logró el equipo del Tolo lo depositó en lo alto de la tabla, junto al Atlas.River salió anoche a decir acá está River. Y entró dispuesto a no apartarse de la hoja de ruta trazada para esta Copa: ganar todos los partidos de local y rescatar, como allá en México, algún punto de visitante. Hasta ahora, entonces, los objetivos se van cumpliendo. Porque ayer River empezó a ganar desde el arranque mismo.Determinación era lo que sobraba en estos primeros minutos. Presión constante contra la salida de la Universidad había, y mucha. Y el fútbol, eso que hace falta por encima de cualquier otra virtud, era más que suficiente. Alcanzaba para que River, con un Aimar iluminadísimo, dominara a su antojo el partido.a a los 4 minutos, el empate empezó a caminar por la cuerda floja cuando Escudero no alcanzó a pegarle bien de derecha y la pelota se fue al lado del poste izquierdo de Vargas. Ahí empezó a amenazar River. Y la amenaza le dio resultado apenas el reloj cruzó el primer cuarto de hora: Gancedo (en uno de sus tantos pases pro ductivos) metió un centro desde la izquierda; Angel (rápido mental y físicamente) se anticipó a todos, eludió al arquero y la tocó al medio; y Aimar (en el lugar y en el momento indicado) sólo tuvo que empujarla. Justo 1 a 0 para River.Aimar no fue sólo el gol. Fue conducción, fue magia, fue talento. Porque si bien Gancedo le ganaba el duelo al rápido Arancibia, Placente desequilibraba por su franja y Saviola y Angel complicaban la salida de los chilenos, era Pablito Aimar el que jugaba. Y, claro, hacía jugar a sus compadres Saviolita y Angel. La U, con sus tres en el fondo -a los que habitualmente se les sumaban Arancibia y Tello- y sus cuatro del medio, no le encontraba la vuelta a este trinomio que andaba con las luces encendidas a pleno.Se notaba que también querían jugar los chilenos, pero no podían. Si llegaron alguna que otra vez en este primer tiempo fue por obra y gracia de ciertos desacoples de los centrales de Gallego y porque, además, Escudero no marcaba del todo bien. Igualmente, atrás -como siempre-aparecía el enorme Tito Bonano. Que, sin trabajar demasiado, se lució cuando le tocó.A Saviola lo bajaban una y otra vez, siempre muy cerca del área. Y en uno de esos tantos tiros libre que tuvo River, Aimar hizo otra de las suyas: la clavó cerca del palo derecho de Vargas. No la vi, se quejó el 1. Y tenía toda la razón: 2-0.Otra virtud más de River fue no conformarse nunca. Por eso fue por más en el segundo tiempo. Con Franco por Escudero, el equipo local acentuó la diferencia de jerarquía. Y el partido se siguió jugando al ritmo de River. Con más cositas de Aimar, de Saviola, de Angel... No fue casualidad, entonces, que a los 13 se encontraran de nuevo y estiraran la ventaja. Doble pared entre Saviola y Aimar, el Payaso devolvió gentilezas y Angel quedó solito para hacer el tercero.Saviola quiso el suyo y se fue sin lograrlo. Angel se perdió alguno más. Bonano sacó todas menos ese cabezazo del final de Clarence Acuña que se transformó en el descuento chileno. River fue y fue, cosechó el ole en todas las tribunas y quedó muy bien parado en la punta del grupo.


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