Boca encontró el rumbo para ganar, pero le faltó fútbol

Todo lo que cuesta se disfruta más. Y vaya si le costó a Boca recuperar la sonrisa. Dieciocho días y tres partidos después, el equipo de Carlos Bianchi volvió a la senda del triunfo. Y fue justo, a pesar de la estrechez del resultado (2-1), de una actuación poco convincente y de no haberle encontrado la vuelta durante los 90 minutos a la trampa del offside que tiraron los chilenos.Le costó mucho trabajo a Boca enderezar el rumbo durante un primer tiempo de vuelo bajo, a pesar de que se fue al vestuario con la ventaja parcial. El gol lo consiguió el reaparecido Antonio Barijho a los 35 minutos. Pero hasta ahí, el equipo local prácticamente no había creado situaciones de peligro. Porque a los 4 minutos se quedó sin el conductor natural (La Paglia se fue lesionado). Y porque, inexplicablemente, sus delanteros cayeron mucho en el fuera de juego (siete veces en los primeros 20 minutos), especialmente de parte de un desconcentrado y torpe Barijho. Si a eso le agregó un Guillermo que se dedicó a exponer su faceta más negativa -protestó más de lo que jugó- y los volantes no se comprometieron casi nunca con el ataque, entonces la asistencia no fue limpia y la producción tuvo intermitencias y resultó apenas fugaz.A Boca le faltó sorpresa para desnivelar: la única vez que le dio precisión y velocidad a la maniobra terminó en el gol de Barijho. Sacó Córdoba, metió el pase profundo Navas, Omar Pérez quebró por única vez la trampa del offside picando en el momento justo y Barijho no tuvo más que empujar el centro desde la izquierda.Antes y después, a Boca le faltó también viveza e inteligencia para quebrar el achique que tiraron reiteradamente los chilenos. Su única llegada con un poquito de olor a gol fue un remate de Pérez que se desvió en un defensor y casi sorprende a Tapia. En el plano individual, el único rescatable fue el Vasco Arruabarrena. Con poco, le alcanzó para deslumbrar. Le dio impulso a sus subidas por la franja izquierda. Y fue casi el único en entregarle la pelota a otro compañero que tuviera la misma camiseta. El resto, bastante flojo.¿Y los chilenos? Si Boca hizo poco, la Católica menos. La única vez que llegó en los 45 minutos iniciales fue por un remate de Nuñez desde lejos que Córdoba atrapó en dos tiempos. Poli, el líbero, marcó el ritmo de la defensa. Fernández, recostado por la derecha, se proyectó sin claridad. Alvarez lo siguió a Guillermo por todos lados. Gorosito trató de darle dinámica a su equipo pero abusó de los pelotazos. Y Brizuela fue el que más lío le hizo a los defensores locales (le ganó el duelo a Bermúdez). El colombiano debió ser expulsado por un codazo advertido por el asistente Giacomuzzi. Pero no fue el único error del árbitro Aquino: hubo dos penales en el área chilena (uno a Guillermo, otro a Samuel; a los dos los agarraron de la camiseta) que el paraguayo ignoró olímpicamente casi delante de su propia nariz.En el segundo tiempo, Boca justificó el triunfo por lo que hizo entre los 10 y los 30 minutos. Fue cuando le cedió la pelota a la Católica, le transfirió la responsabilidad al cuadro chileno, se acomodó atrás y buscó de contraataque. Mejoró Basualdo, se afirmó Battaglia, siguió enredándose Navas. Pero aparecieron los espacios y Boca le creó un par de situaciones de riesgo a los chilenos. Un pelotazo largo de Bermúdez posibilitó el penal de Bautista a Barijho que Guillermo -con remate potente y a la izquierda de Tapia- transformó en el 2-0.Como Católica siguió siendo inofensivo, Boca pudo estirar la diferencia. Pero Barijho no pudo aprovechar un pase de Basualdo y, tras chocar con Tapia, Alvarez salvó en la línea. Por esa acción, el Tony quedó averiado y tuvo que salir (aunque sin la gravedad de la lesión de La Paglia). El susto quedó pintado 15 minutos antes del final tras el cabezazo de Nuñez anticipándose a Bermúdez. Pero no le alcanzó a Católica para torcer su destino.