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      River trajo uno y pudieron ser tres

      El equipo de Gallego se puso en ventaja con un gol de Angel y los colombianos igualaron a través de un penal de Morantes. River es el único equipo argentino que no perdió de visitante.

      Redacción Clarín

      Porque no es innata sino adquirida, la paciencia no es un don. Es la mejor elección. Y River, amparado en la paciencia, terminó entero. Sin desesperarse, sin dejarse llevar por la presión de Nacional. Y atrapó un punto de oro. Para seguir invicto en la era de Américo Gallego. Para seguir siendo el único equipo argentino que no perdió de visitante en esta Copa. Y para darle otro empujón a este cuadro de Medellín, que recién anoche consiguió su primer punto en el Grupo 4 de la Libertadores.Las últimas imágenes del primer tiempo fueron saludables para River. Porque sintetizaron, en líneas generales, la tranquilidad con la que el equipo de Gallego había transitado por el partido hasta ese momento.Nacional había emergido en los primeros minutos como para transformarse en patrón del juego. Pero su búsqueda, enmarcada por una multitud que fue al Atanasio Girardot para ver la recuperación del equipo, naufragaba irremediablemente en tres cuartos de cancha. Recién al traspasar la frontera de los veinticinco minutos tuvo que salir a escena Bonano para volar y echar al córner un bombazo de Muñoz.El desarrollo no podía remontar vuelo porque River esperaba y Nacional quería mucho y podía poco. Poco y nada. Y sin dejarse llevar por la presión del cuadro colombiano, River fue logrando oxígeno como para salir sin mayores complicaciones desde el fondo. Y ahí en el medio, en donde había que desenredar el juego, lo desenredaba Pablo Aimar. Que de todos modos fue más influyente en la segunda etapa, mientras siguió recibiendo golpes de sus rivales.Después de aquel disparo que Bonano le sacó a Muñoz, enseguida llegó Saviola al área local y por muy poco se perdió gol: su remate salió apenas por encima del travesaño. Hasta que un rato más tarde apareció como un fantasma Juan Pablo Angel por la izquierda, le robó la pelota a Vanegas, llegó hasta el fondo y con un derechazo desde un ángulo cerrado, estampó el 1 a 0 contra su ex equipo. Por eso, por su pasado, Angel no lo gritó. Y por eso también, aunque haya sido en perjuicio de Nacional, el público aplaudió al delantero.En el arranque del segundo tiempo los colombianos, empujados por la necesidad de torcer la historia, se fueron en masa hacia los dominios de Bonano (que tapó un par de disparos muy difíciles). Llegó un centro común, un centro más, enviado por el lateral Calle desde la derecha, y Gustavo Lombardi se elevó levantando las manos y con ellas tocó la pelota. Penal. Un penal parecido al que la noche anterior, en Bogotá, hizo Mazziri, el defensor del América, tras un centro de Gordillo, y que derivó en el primer gol de Central convertido por Canals. Este penal, aquí en Medellín, lo transformó en gol Morantes y quedó puesto el uno a uno, entonces.Nacional, con la autoestima elevada, quiso atrapar la victoria. Pero River no se aferró contra su arco y buscó responder. Lo tuvo Angel y antes del entrar al área fue derribado por Vanegas, a quien el juez debió expulsar por último recurso y sólo lo amonestó. Lo tuvo más tarde Gancedo y no hubo caso. Con Damián Alvarez por Coudet el Tolo Gallego quiso que River no se desinflara en la discusión en el mediocampo. Y Alvarez abrió la cancha para iluminar junto a Aimar (se iría ovacionado) las últimas apuestas de River. Así, en este contexto, con ninguno de los dos equipos resignado a quedarse con el empate, con River bien entero, el partido creció. Y creció la tensión, desde luego. Pero el empate no se fue de su lugar y River, que estuvo más cerca de la victoria, igual atrapó un punto de oro. Nacional, que quedó colgado de un milagro, no lo pudo impedir.


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