Ferrari apunta alto

Por segundo año seguido hubo festejo rojo de Ferrari a pleno en Australia. Esta vez no fue con Eddie Irvine, quien con sus desventuras en el debut con Jaguar (se despistó en la 6 vuelta y obligó a la entrada del auto de seguridad) debe haber añorado su triunfo del 99, sino con Michael Schumacher, su estrella. Por eso, la euforia de los tifosi incluyó una multitudinaria invasión a la pista, en un festejo que pareció contagiar a Schummy, vista la forma en que celebró este triunfo que, por encima de ser el primero que logra en este Gran Premio y el 36 de su campaña, tiene el valor de constituir una importante base de confianza para sus renovadas pretensiones de darle a Ferrari el título de pilotos que busca desde 1979.Fue una carrera con muchas deserciones, varias incidencias y la confiabilidad como gran carta. Esa confiabilidad que Ferrari mostró como su mejor arma al estampar con el segundo lugar de Barrichello un espectacular doblete. Esa confiabilidad que también este año en Australia traicionó a los McLaren, con sendos problemas de motor que prematuramente derrumbaron el uno-dos plateado que se veía venir tras el dominio que Hakkinen y Coulthard impusieron en el arranque.Así es la Fórmula 1. McLaren ensayó hace poco en Barcelona cuatro simulacros de carrera sin tener problemas y hoy, en menos de 20 vueltas se quedaron afuera los dos autos, sentenció uno de los habituales seguidores de la categoría. Es cierto, como también lo es que la confiabilidad del nuevo motor Mercedes Benz, más chico y liviano, representa la principal preocupación del nuevo modelo. Norbert Haug, responsable de Mercedes Benz en las carreras, confirmó que el inconveniente del sistema de válvula neumática en el motor que hizo abandonar a Hakkinen y Coulthard fue el mismo que los complicó el sábado. Ese día tuvieron la chance de cambiarlo en el tiempo récord de 40 minutos. Obviamente ayer en carrera, no. Debemos trabajar para que no sólo seamos rápidos sino, también, que terminemos las carreras, anticipó Haug.Michael Schumacher supo sacar provecho de esa falencia de los McLaren. Tuvo la inteligencia de no salir a correrlos y la fortuna de tardar menos de lo esperado en recoger sus frutos. Además, lo acompañó el gran rendimiento de esa misma Ferrari que había golpeado el viernes y por la que se decidió tras las pruebas libres de la mañana. También se respaldó en la buena estrategia del equipo, con sus dos eficaces detenciones. Como duda quedó la verdadera necesidad de esa segunda parada que hizo su coequipier Barrichello cuando había capturado la punta. El brasileño pagó con su imposibilidad de superar a Frentzen hasta la primera detención una floja largada. Pero luego se recuperó y circulaba a buen ritmo hasta que fue llamado a boxes. Barrichello no ocultó sus deseos de repetir el uno-dos de Ferrari, pero con los lugares invertidos, cuando dentro de dos semanas corra en su país.Esta apertura 2000 de la F-1 mostró que por el momento McLaren y Ferrari siguen estando un escalón por encima del resto. Las amenazas de Jordan y Jaguar quedaron en eso. Jordan insinuó algo más y podría haber colocado en el podio a Frentzen de no haber sido por un problema en la caja. Ese lugar detrás de las Ferrari fue para un relevante Ralf Schumacher, quien así le dio a la combinación Williams-BMW una alegría inimaginable en el retorno de la casa alemana como motorista. Detrás estuvo lo mejor de la carrera con el trencito Villeneuve, Fisichella, Salo, Zonta y Wurz. El rubio Salo se ganó la ovación del día con su sorpasso a Zonta. Pero no le sirvió porque perdió su sexto lugar en la revisación técnica al ser desclasificado por tener desplazado en 20mm el alerón delantero de su Sauber.