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      Vivir en 10 segundos

      Simón, bahiense, 25 años, es el heredero de Gats en el hectómetro. Se clasificó para Sydney y allí, lejos de soñar con un podio, sólo aspira a dar lo mejor y alcanzar lo máximo posible.

      Redacción Clarín

      Es la prueba reina dentro del deporte rey de los Juegos Olímpicos. Quizá sea el encuentro más emocionante en el mundo del deporte, el lugar al que todos quieren llegar, la medalla que todos quieren ganar. La final de los 100 metros detiene al mundo por 10 segundos para admirar al hombre más veloz del planeta. Y de inmediato, en el 11° instante, ya ingresa en la historia.

      Llegar a ocupar uno de esos ocho andariveles es muy difícil para cualquiera, sobre todo para un atleta que provenga de un país sin demasiada tradición en la velocidad. Pero hacia Sydney igual irán las veloces piernas y su tatuaje de Superman en el hombro de Gabriel Simón, en busca de una verdadera hazaña y a cumplir un sueño-objetivo de nada menos que ocho años. "Mientras estaba compitiendo en un torneo juvenil se corrió la final de los 100 metros en Barcelona 92. Fue tan emocionante que me prometí que en el 2000 —todavía no se conocía la sede— yo iba a estar ahí", le contó este bahiense de 25 años a Clarín. Si bien Sydney será su primera experiencia olímpica, ya corrió en tres mundiales (París 95, Atenas 97 y Sevilla 99).

      Terreno dominado en forma casi exclusiva por los atletas negros, la velocidad se convierte entonces en un desafío doble para los blancos. Es probable que ninguno de ellos pueda acceder a la esperada final. Sin embargo, esa "desventaja" no lo desvela a Simón, quien intentará "dar lo mejor y alcanzar lo máximo posible". En resultados, esa predicción se traduce en pasar la primera ronda y, con un poco de suerte y una buena marca, superar los cuartos de final. De esta forma, superaría la actuación de Carlos Gats en Atlanta 96, donde quedó eliminado en la primera ronda.

      Simón obtuvo su clasificación hace 13 meses en el Campeonato Sudamericano de Bogotá, cuando consiguió un tiempo de 10s23 igualando el récord argentino de Gats. Muchos testigos quisieron desmitificar esa excelente marca argumentando que había sido favorecida por la altura de la ciudad colombiana (2.600 metros sobre el nivel del mar) que ayuda a los velocistas y que la carrera había sido con partida en falso (antes del disparo del juez). "No entiendo por qué se la critica —opina el cuádruple campeón nacional en 1995, 1998, 1999 y 2000—. Lo de la altura era una condición conocida de antemano, y si fue con partida en falso, no lo podemos saber desde adentro."

      Gats todavía no se clasificó para los Juegos de Sydney, y si lo hace estará en 200 metros, su mejor prueba y en la que ostenta el récord nacional con 20s37. Si bien Simón podría ser considerado como el heredero de Gats en los 100, no tiene la versatilidad para equiparar sus logros en 200 e, incluso, en 400. "Por ahora me concentro en los 100 metros y, de acuerdo a los últimos resultados, hoy soy el mejor velocista del país", lanza Simón.

      Junto al joven viajarán otros nueve deportistas en el equipo de atletismo, conformando una de las delegaciones más numerosas. Alejandra García (salto con garrocha) y Solange Witteveen (salto en alto) concentran las mayores chances de alcanzar una final, mientras Gustavo Aguirre (400 metros), Juan Cerra (lanzamiento de martillo), Oscar Cortínez (maratón), Marcelo Pugliese (lanzamiento de disco), Andrea Avila (salto en largo), Elisa Cobanea (5.000 metros) y Verónica Depaoli (100 metros con vallas) deberán superar sus registros en forma considerable para conseguirlo.

      Maurice Greene, Ato Boldon, Donovan Bailey, Obadele Thompson, André da Silva... Nombres no tan conocidos en la Argentina, pero que posiblemente haya que tener en cuenta para esos 10 segundos extraordinarios. Un compatriota estará muy pendiente de lo que allí suceda, sobre todo si su sueño de mezclarse entre ellos lo acompaña hasta el final.


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