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      Nafta: la protesta llega a Gran Bretaña

      Redacción Clarín
      11/09/2000 00:00

      Largas colas y estaciones de servicios "secas" en el norte y el oeste de Gran Bretaña fueron los primeros síntomas de la ola de contagio "estilo francesa" que se ha apoderado de los agricultores y camioneros británicos para protestar por la suba de los combustibles, como lo hicieron sus colegas galos. Una protesta que comenzó a extenderse también hacia Bélgica.

      En una acción conjunta y espontánea, los agricultores y los camiones ruteros comenzaron a bloquear depósitos y refinerías en todo el país después del aumento decretado por el gobierno la semana pasada que llevó la nafta a 22 centavos de libras el litro.

      Hay 60 estaciones de servicio vacías en Gales y el norte del país desde que el viernes se impidió la salida de 100 camiones tanques de la refinería de Shell en Stanlow, en el condado de Cheshire y en la distribuidora de Manchester bloqueada con otros 200 camiones, en una protesta que no tiene antecedentes en Gran Bretaña.

      Roy Holloway, director de la asociación de expendedores de petróleo, aseguró que "la situación no es crítica aún pero si las acciones continúan a lo largo de la semana habrá severos problemas".

      A pesar de que el canciller Gordon Brown se niega a reducir los impuestos a los combustibles exigidos por los rebeldes, camioneros y agricultores han prometido "llegar a Londres" en "un invierno de descontento".

      Las acciones de agricultores y camiones ruteros continuaron en Avonmouth, cerca de Bristol, donde Texaco y Fina tienen depósitos. Cien tractores causaron caos en la autopista A1 en North Cumbria en un operativo similar al "Ir despacio", que pusieron en marcha los franceses.

      El temor es que las protestas afecten la provisión de industrias y hospitales en todo el país. A diferencia de Francia, la legislación británica no permite estas acciones directas activas con bloqueo de la circulación y los rebeldes pueden ser detenidos o ser llevados a la Justicia.

      Las protestas ya han hecho sentir sus efectos en el aeropuerto de Liverpool. El de Manchester no va a sufrir consecuencias porque recibe su querosén de aviación por un viaducto especial.

      "Estamos haciendo esto por la gente de Gran Bretaña. No podremos ser competitivos con Europa o con nadie si tenemos el precio del combustible más caro del mundo", explicó Roy Masterdon, que es propietario de una compañía de camiones en Swinton y ahora vocero de los ruteros.

      Para los conservadores en la oposición, "las protestas reflejan un genuino y difundida inquietud de la gente ante los sucesivos aumentos del combustible y de los impuestos que afectan el Estado de Bienestar de la población", según Archie Norman, ministro de transporte en las sombras por los torys.

      Mientras Francia regresa lentamente a la normalidad, tras seis días de protestas que lograron paralizar por desabastecimiento al país, en Bruselas ayer se inició una manifestación contra los altos precios del combustible que ha sido convocada por representantes de compañías de autobuses, taxistas y camioneros.


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