Los secretos de Las Leonas del hockey

Todo equipo se arma de adentro hacia afuera. Y todo gran equipo necesita hacerse sólido en la intimidad. Las Leonas le dieron al deporte argentino una alegría inmensa sustentada en la fortaleza de su espíritu. Porque más allá de la coyuntura que significa una medalla, lo importante fue que el equipo gestado hace siete años logró por fin el equilibrio justo entre madurez y buen juego en el torneo más esperado. Lejos de sentirse estrellas de tiempos mediáticos, ellas permiten husmear en su intimidad. Para conocerlas mejor, para saber quiénes son y qué quieren ser...

Sólo por llevar un orden cronológico, Magdalena Aicega y Paola Vukojicic son las primeras citadas en este "informe confidencial". Es que ambas son las primeras en levantarse y las primeras también en mantener bien alto el ánimo del grupo con sus bromas y chistes a toda hora. En realidad, la arquera del SIC fue una revelación para varias de sus compañeras ya que hasta Sydney 2000 el rubro de divertir a las demás lo lideraba Aicega sin compañías. En el otro extremo, entre las que más duermen figuran la cordobesa Soledad García y María Paz Ferrari, aunque la defensora de San Fernando, en realidad, se acuesta y se levanta temprano.

Pese a que adentro y afuera de la cancha Jorgelina Rimoldi es sumamente hiperactiva, la volante de San Fernando y su compañera de club, la goleadora Oneto, no son amantes de los ejercicios físicos que dirige Luis Barrionuevo, consejero y guía.

A la hora de visitar el restaurante de la Villa Olímpica, todas se han comportado con absoluta responsabilidad para seguir al pie de la letra una rigurosa dieta. "Apenas tuvimos dos escapadas a McDonald''s en los días libres", confesó una de las titulares. Justamente allí, en el comedor, sobresalieron durante estos días en Sydney las condiciones naturales de líder de Karina Masotta, Anabel Gambero y Aicega.

A la hora de utilizar Internet, Oneto, Aicega y Rimoldi le sacan ventaja al resto. La primera, incluso, es la única que viajó con su computadora personal aunque nunca la pudo utilizar porque jamás logró conectar el servidor. En el momento de leer aparecen Mercedes Margalot, Masotta, Ferrari y la propia Oneto.

Anécdotas de la vida de la Villa hay a montones. Pero todas recuerdan tres: una tiene como protagonista a Gambero, quien parece no destacarse en cultura deportiva al punto que preguntó quién era y qué deporte hacía un rubio simpático, espigado, con muchas raquetas en la mano y una credencial que decía "Gustavo Kuerten". Las otras dos están encerradas tras el partido ante Nueva Zelanda. Esa noche, los chicos del seleccionado masculino les regalaron una rosa a cada una y ante las miradas del entrenador Sergio Vigil, de su ayudante Gabriel Minadeo y de Luis Ciancia, manager general, Oneto, Vukojicic y Arrondo se disfrazaron con la ropa oficial de la ceremonia inaugural, tops y anteojos negros para animar una especie de baile que terminó de madrugada.

Mientras, River (Aicega, Ferrari, Rimoldi, Vukojicic, Margalot y Rognoni) le gana a Boca (García —también se declara hincha de Belgrano—, Gambero, Arrondo, Oneto y Hernández) por seis a cinco en el gusto futbolero, Independiente (Antoniska y Masotta) tiene dos adhesiones y Central (Stepnik), Newell''s (Aymar) y Gimnasia La Plata (Maiztegui), una, sólo Masotta convive con su novio y Oneto y Gambero tienen planes próximos de casamiento.

Los Juegos ya son historia para Las Leonas. Aquí, muy lejos de casa, nació lo que puede convertirse en un símbolo del deporte nacional. Fue antes de un partido clave contra Holanda, cuando el equipo debía recuperarse después de dos cachetazos. Aquel día las chicas decidieron ponerle una leona a la camiseta y como Leonas salieron a jugar para empezar a soñar el sueño más dulce: la final olímpica.