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      Al final, Los Pumas juegan con Inglaterra

      Los jugadores ingleses impusieron sus demandas y se convirtieron en los que mejor cobran en el mundo del rugby. Ahora enfrentarán a los argentinos, que tienen medio plantel amateur.

      Redacción Clarín
      23/11/2000 00:00

      Disculpe, pero no le entendí bien.

      —Quizá mi inglés no sea muy bueno. Pero le explico de nuevo. Los Pumas cobran 200 dólares de viáticos diarios en esta gira, o sea un total de 2.000 dólares, y la mitad de ellos son amateurs.

      —Disculpe de nuevo, pero el problema no es su inglés. Es que no puedo creer lo que me está contando. ¿O sea que muchos de los jugadores argentinos tienen otro trabajo?

      —Sí.

      —Es increíble...

      El diálogo se produjo ayer a la mañana, mientras Los Pumas se entrenaban embarrados de pies a cabeza en la cancha auxiliar del Richmond, entre un periodista inglés y el enviado de Clarín. En ese mismo momento, los jugadores ingleses ponían fin a su huelga de 24 horas y volvían sonrientes al castillo de la paradisíaca concentración de Pennyhill, en Surrey. Las preguntas del colega británico estaban cargadas de doble sentido. Es que la prensa de este país tomó partido en el conflicto, y los diarios y la televisión criticaron con extrema dureza a los rugbiers rebeldes. Y más se indignan cuando se enteran en qué condiciones se desenvuelve el rugby argentino. Entonces, para ellos, la noticia de que el sábado finalmente habrá un test-match en Twickenham pasa a un segundo plano. Recalcan que en la Catedral de este deporte se enfrentará el, desde ayer, mejor seleccionado pago del mundo contra otro en el que muchos de sus integrantes corren de un lado al otro para cumplir con estudios, trabajos y entrenamientos.

      El arreglo llegó cuando bien temprano cuando la Rugby Football Union (RFU) cedió a los reclamos de los jugadores, quienes el martes habían abandonado la concentración disconformes con la propuesta económica que les habían elevado. Ahora, los integrantes del seleccionado de la rosa cobrarán un porcentaje mayor por sólo entrar a la cancha y otro mayor por partido ganado. "No hay dudas, ganaron los jugadores", le dijo una empleada de la RFU a Clarín, momentos antes de que el director ejecutivo de la entidad, Francis Baron, diera una conferencia de prensa en Twickenham para explicar el acuerdo.

      El planteo de los jugadores ingleses parecía descabellado, porque las diferencias eran mínimas. Pero ocurre que la RFU es la unión de rugby más poderosa del mundo. Cada vez que su selección juega en Twickenham recauda alrededor de dos millones de dólares sólo por venta de entradas, además de tener una docena de patrocinantes de primera línea. Entonces, el porcentaje de esas ganancias que reciben los jugadores es inferior al de las potencias del Hemisferio Sur. No quiere decir que ganen menos, sino que se llevan una porción inferior de la gran torta económica que hoy significa el rugby.

      El plantel inglés se podrá repartir en los próximos 4 años unos 17 millones de dólares. "Lo hacemos para las generaciones que vienen", dijo el experimentado pilar Jason Leonard, quien encabezó el reclamo con otros dos históricos: el capitán Martin Johnson y el carismático Lawrence Dallaglio.

      El sábado, Los Pumas comprobarán ante una multitud (ya están vendidas casi 70 mil de las 75 mil entradas) hasta dónde repercutió éste conflicto en el seleccionado inglés. Los jugadores salieron fortalecidos con sus reclamos, pero el entrenador Clive Woodward había sido muy duro con ellos el martes (habló de traición) y la prensa no ahorró críticas. The Daily Telegraph, por ejemplo, tituló con que los jugadores "están bailando con el diablo".

      Ayer no hubo atención a la prensa y los 15 titulares (que se iban a conocer el martes) se difundirán hoy. Dicen que la relación entre Woodward y los jugadores tardará mucho tiempo en recomponerse, aunque los mismos rugbiers exclamaron que quieren que el técnico siga con ellos.

      El periodista inglés se fue de la práctica en Richmond sin saber que Los Pumas decidieron formar un grupo para hablar con los dirigentes y plantearles la posibilidad de cobrar un viático por cada partido que jueguen. Un tema que aquí ya ni se discute.


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